A continuación se puntualizan algunos modelos de utilidad al
momento de decidir cómo implementar un proyecto de reciclaje.
6.1 Modelo Barrio Piloto Abierto
En este sistema, el punto de inicio o unidad para la puesta
en marcha de la separación, es el barrio. Se denomina abierto porque las
expectativas de recuperación no se limitan únicamente a la circunscripción del
barrio, sino que otros sectores aledaños o visitantes regulares, pueden también
sumarse en el aporte de materiales y participación general.
En el cálculo de materiales por recuperar e insumos
necesarios, se debe considerar la población aledaña que tentativamente se
sumaría conforme el avance del proyecto.
6.2 Modelo Barrio Piloto cerrado
Se aplica en casos puntuales como: estudios de factibilidad
para incorporar barrios en un sistema de recuperación urbana, catastros sobre
cantidades y tipos de residuos generados, ensayos de separación y entrega de
materiales reciclables, etc. Se lo considera modelo, porque una vez
desarrollada cualquier experiencia al interior del barrio, la población queda
preparada para en otra etapa posterior incorporarse en un sistema permanente de
recuperación. Si los recursos económicos y capacidad de gestión lo permiten, el
barrio puede continuar la práctica de separación y entrega. La forma en que
están distribuidas las viviendas, el tamaño del barrio y la ubicación; tienen
características propias para este tipo de modelo, por lo general se incluyen:
pasajes sin salida, barrios con un solo ingreso y salida vehicular, barrios con
cierre perimetral, edificios, departamentos, etc.; en donde la entrega de
materiales y el acceso a contenedores son exclusivos para el sector
participante.
6.3 Modelo extensivo (abanico)
Durante la planeación del sistema de recuperación es preciso
decidir si el proyecto se replicará en otros barrios y de qué manera se
replicará. Si la decisión se inclina por lo primero entonces se asume el Modelo
extensivo o abanico, como una forma clara para visualizarlo. A partir de la
etapa de maduración y permanencia, y luego de que el modelo ha sido evaluado
positivamente, el proyecto de reciclaje puede insertarse en otro u otros
barrios, efectuando modificaciones según se necesite. El tiempo necesario para
extender o replicar un proyecto de reciclaje obedece a la planificación
territorial del mismo, a la velocidad de adaptación del barrio al sistema de
separación y entrega, pero por lo general varía entre uno y cinco años, para un
sector (varios barrios) y sobre los cinco años (toda una ciudad).
6.4 Modelo Sector Comercial Integrado.
El proceso de implementación es similar al modelo de los
barrios piloto, es decir, se parte de un escenario puntual, de extensión y
características manejables; pero en este caso el núcleo o punto de partida es
el almacén piloto. A diferencia del modelo de barrios, incorporar al sector
comercial implica un estudio de factibilidad y la elaboración de una cartera de
almacenes o tiendas dispuestas a integrar el proceso de clasificación y
entrega.
También es necesario tipificar el grupo de almacenes participantes
según el rubro, para tener una idea más clara sobre qué y cuánto se genera; qué
y cuánto se recuperará. La municipalidad o alguno de los organismos
participantes deberá reunir esta información, mediante la aplicación de encuestas.
Por otra parte, incorporar al sector comercial en un sistema de recuperación de
residuos, implica replantear la recolección efectuada por los recuperadores
informales, sectorizando su trabajo, ya sea por horarios, calles, rubro, etc.
En el caso de las comunas en que no existen recuperadores o
sean pocas las personas que se dedican a esto, conviene mantener al sector
comercial como opción futura para la recuperación, o evaluar la posibilidad de
incluir un número limitado de almacenes en función de la capacidad de la
persona recuperadora.
En este modelo es decisiva la participación de las
instituciones que representan al rubro comercial, en sus distintas formas de
agrupación: corporaciones, cámaras de comercio, cámaras de la industria,
supermercados, pequeños comerciantes, etc. Para comenzar, es recomendable
integrar en el proyecto a un número pequeño de almacenes, previo estudio de los
volúmenes y tipo de residuos que cada uno genera; y el tipo de residuos
demandados por el recuperador.
Respecto al rubro industrial, se debe posibilitar la
integración en los proyectos de reciclaje, de aquellas industrias locales que
en los últimos tiempos han adecuado sus procesos en pos de reducir, reciclar o
tratar sus residuos. En esto, los APL (Acuerdos de Producción Limpia), que
desde 1999 se vienen firmando entre el Gobierno y el sector industrial, deberán
repensar opciones que acerquen al sector recuperador-comercializador.
Fuente: IMPLEMENTACIÓN DE PROYECTOS PILOTO DE RECICLAJE
COMUNAL:
Enfoque Metodológico para la Separación Domiciliaria
Experiencia del Proyecto Piloto de Reciclaje en la comuna de
Puerto Varas
Informe elaborado por: Mireya Anzieta
Contratada por ERM GMBH